El patrimonio pictórico de la UNSAdA ya tiene su primera obra

Se trata de “Volver a ver”, que el pintor entrerriano Ariel Godoy donó a la Universidad. El cuadro original se encuentra dentro de la nueva sede del Rectorado, en tanto que en uno de los frentes se expone una gigantografía de la obra.

Godoy Baja4 La creación del pintor entrerriano Ariel Godoy se convirtió en la primera obra pictórica del Patrimonio Cultural de la Universidad. Su autor participó del acto de inauguración del nuevo edificio, que fue encabezado por el rector, Dr. Jerónimo Ainchil, acompañado de autoridades nacionales, provinciales y locales.

Con “Volver a ver”, Godoy ha rendido un tributo a San Antonio de Areco al pintar un árbol de la vida. A través de sus raíces descubiertas, conecta la tierra con el cielo, el pasado con el presente y el futuro. La obra “representa el saber de la modernidad frente al sentimiento de la tradición, con igual intensidad, junto al árbol aparece el libro. La imagen muestra un instante suspendido entre la fuerza de la naturaleza y la cultura”, explica Godoy, quien alude a Ricardo Güiraldes y su capacidad de superar el límite entre lo interior y lo exterior, entre lo privado y lo público.

“El árbol se eleva por la fuerza del color representando la modernidad; la potencia del dibujo muestra lo permanente en el tiempo. La pintura surge como transición hacia lo nuevo. Una imagen que invita a pensar en el antes y el después, el arriba y el abajo, lo de adentro y lo de afuera”, agregó el crítico de arte Julio Sapollnik sobre la obra para quien “el conocimiento se encuentra entre el hoy y el mañana”.

Ariel Godoy es pintor y politólogo. Nació en Nogoyá (Entre Ríos) en 1964. Estudió Ciencia Política en la Universidad Nacional de Rosario. Cursó estudios de arte con Horacio Politi, participó del taller de Guillermo Roux y tomó varios cursos de historia del Arte Latinoamericano. En 2019 expuso en la Galería Argentina de la representación diplomática en París.

Godoy Baja2 El cuadro original se encuentra dentro de la nueva sede del Rectorado, junto a otras de artistas locales y regionales, en tanto que sobre el frente de la calle Zapiola se expone una gigantografía de la obra, eun “marco cultural”, que irá rotando de obras y de artistas. En esa gigantografía también se desarrolla la crítica completa de Julio Sapollnik y más información sobre el autor.